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jueves, 1 de marzo de 2018

La persecución de los cónsules

Una de los errores que está cometiendo el gobierno de España espiral maccartiana de caza de desafectos al régimen español es la ofensiva contra los cónsules en Barcelona, una de las ciudades más potentes del mundo en representación consular.


El cese del cónsul de Finlandia por decisión del gobierno español

El cónsul honorario de Finlandia en la ciudad de Barcelona, Albert Ginjaume, fue cesado esta semana. De hecho, el cese ha tenido efecto hoy. No obstante, el gobierno de ese país ha reconocido la extraordinaria tarea llevada a cabo por parte del cónsul, dejando bien claro que el cese no responde a otro motivo que a la retirada de la autorización consular por parte del gobierno español. Lo dice así el comunicado, textualmente: "Según el gobierno español, el Sr. Ginjaume ha ejercido actividades inadecuadas para un cónsul honorario. Estas actividades están relacionadas con la situación política que vive Cataluña en la actualidad".

Una actuación del gobierno español con efecto boomerang en el ámbito diplomático y consular

Eso ha llevado al hecho de que, como lo admite el diario El País, hoy situado en posiciones casi ultra, el resto de cónsules se hayan solidarizado con el afectado por la caza de brujas del gobierno español.
La idea del gobierno de España sería, entiendo, evitar la difusión de un mensaje perjudicial para la imagen internacional de España y sus intereses. Según ellos, vendría existir un auténtico contubernio de la anti-España y algunos cónsules estarían trabajando para malhablar de España y de su régimen actual. Se supone que el gobierno de España pretende así atajar la difusión de esas ideas. Lo curioso del caso es que lo haga mostrando, de manera práctica clara, que de ser así esas ideas están bien fundamentadas en la actuación del gobierno español. En fin, que dan el mensaje que pretenden evitar... ellos mismos.

Y es que ya no cabe duda alguna que la diplomacia española suele carecer, paradójicamente, de maneras diplomáticas.



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