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viernes, 14 de diciembre de 2018

La colosal dignidad de Jordi Turull

El actualmente diputado en el parlamento de Cataluña por la candidatura de Junts per Catalunya Jordi Turull se ha ganado el aprecio de gente de distintas tendencias ideológicas, más o menos de derechas, más o menos de izquierdas. Hasta la CUP, que podría haberlo hecho llegar a la presidencia en la primera sesión de investidura ha mostrado un apoyo incondicional a su lucha, que es la de todos. Jordi Turull ha demostrado ser un político integro, un hombre fiable y afable. Una buena persona de convicciones democráticas rocosas.

Era el portavoz parlamentario de Junts pel Sí cuando fue llamado a ser conseller de la presidencia del gobierno de Carles Puigdemont y Oriol Junqueras el verano de 2017 cuando algunos que estaban en el gobierno en aquél entonces no quisieron afrontar el reto de dar la palabra al pueblo de Cataluña. Jordi Turull estubo allí, sabiendo que iba a ser difícil.


El juez Llarena maniobró contra la democracia y evitó su investidura de forma ignominiosa


Si no hubiese sido por la interferencia anti-democrática y, a entender de muchos, ilegal y prevaricadora por parte del juez Llarena, Jordi Turull hubiese sido investido presidente de la Generalitat en la segunda sesión de su investidura. Pero cuando su nombre empezó a sonar como posible candidato, el juez que se dedica cenar en vacaciones con los adversarios políticos de Turull lo metió en la cárcel evitando su investidura en segunda sesión, cuando solo se requiere más votos favorables que negativos, en una jugada político-judicial tan indigna y posiblemente ilegal que quizás debería haber llevado a la cárcel al juez.

Eso sucedió, además, después del intento de investidura de Jordi Sànchez, también impedido por el sistema de justicia español en un conchaveo bochornoso entre el desprestigiado juez del Tribunal Supremo español Pablo Llarena, que ha sido puesto en ridículo por las justicias belga y alemana, y el Tribunal Constitucional español que se reparten a medias el PP y el PSOE.

Jordi Turull merece y tiene el apoyo de muchísimos. De muchas buenas personas en Cataluña que sienten gratitud hacia él. Lo que quiera.

domingo, 2 de diciembre de 2018

Comprad loteria española que reprimirnos no es nada barato

En un post anterior señalaba la necesidad de usar nuestra capacidad de consumo para fortalecer nuestro movimiento y debitilar, o al menos no fortalecer, nuestros adversarios. En ese post ya dediqué un apartado a la extraña e incomprensible devoción por la lotería española y, en especial por la de la lotería nacional en ocasión del llamado Gordo así como también por el sorteo del Niño el día de Reyes, pero también por el Euromillones, la Quiniela o la Primitiva.

Un regalo a la hacienda española sin ninguna necesidad

No hay ninguna necesidad objetiva por la que debamos comprar loteria. Y tomar la decisión de no comprar más lotería española no tiene ningún coste. Absolutamente ninguno. De hecho, representa un ahorro para nuestras finanzas personales. Pero lo que es más importante, dañamos un mecanismo de acopio de recursos catalanes del que dispone el Estado español.

Un impuesto voluntario para pagar la represión

Con el impuesto voluntario que tantos y tantos catalanes, tantos y tantos independentistas dan al Reino de España, se puede pagar mucha represión. Y parece mentira que tantos independentistas la paguen tan a gusto. Que la operación Copernico no se paga sola. Y el juez Llarena y el Marchena y todo el "A por ellos" entero barato no es. Que las porras no son baratas, las manos que las agitan tampoco y el barco de piolín aún menos.

Cuando compres lotería española, piensa que estás financiando un porrazo en la cara de un compañero.

Una alternativa propia en nuestras manos

Lo más curioso, quizás los más increíble del caso es que en este ámbito, llevar a cabo una acción efectiva no tiene coste. O al menos no tiene ningún coste importante. Y es que las instituciones catalanas tienen una entidad propia de juegos y apuestas cuyos beneficios repercuten estrictamente en iniciativas sociales en Cataluña que permiten obtener todo lo bueno que podemos obtener de la lotería española y, en especial, del Gordo de Navidad. En este caso me refiero a las participaciones que ayudan a tantas organizaciones sociales y deportivas de nuestro país.

Sin embargo, muchos independentistas siguen comprando loteria nacional española. Ya sea por la tradición del gordo o por el euromillones. Eso lo podríamos cambiar y fácilmente. Sin perder nada. Y además, hay un tejido asociativo enorme en Cataluña que vende participaciones del Gordo de Navidad de la lotería española. Pues yo propongo que se la montemos gorda.

¡Qué fácil sería poner límite a la captación de recursos catalanes por parte del Estado Español y dedicar ese mismo dinero a fortalecer la acción social en nuestro país!

Algunas propuestas sencillas para dejar de financiar nuestros represores sin costes importantes para nosotros

  • Declinar comprar lotería española, educadamente, aunque sean participaciones de personas cercanas que finanzan iniciativas positivas
Para este caso hay un truco infalible para quedar bien: decirles que les das el mismo donativo pero que lotería española no compras, que no quieras ayudarlos a pegarnos y a reprimirnos.
  • Apostar por migrar la creación de participaciones hacia la Grossa de Catalunya en las iniciativas sociales de las que participemos
Sí, el hábito facilita las cosas y cuesta cambiar. Pero no podemos perder la oportunidad de apostar por este cambio positivo.
  •  Reaccionar positivamente hacia aquellas organizaciones sociales y deportivas que ya apuesten por la Grossa de Catalunya
Mejor incluso que castigar a quienes nos debilitan es premiar a los que ya han tomado la decisión de dejar de engorgar el gordo.

¿Como se va a substituir todo el Estado si no conseguimos substituir sus juegos de azar?

Lo cierto es que el independentismo catalán quisiera substituir las estructuras del Estado español al completo. Todas ellas. Sin embargo, y de forma sorprendente, muy buena parte de los independentistas, erre que erre, a fortalecerlos. De hecho, así de entrada parece ser el ámbito en el que a los independentistas nos podría ser más fácil desconectar de España y sustituirlos, además de dejar de llenar sus arcas. Pongámonos manos a la obra.