Ganó La Razón y perdió la justicia. Se abre el tiempo de la querella por prevaricación contra el juez Llarena.

El juez instructor del Tribunal Supremo ha denegado el permiso a Jordi Sánchez para acudir al pleno de su investidura tal y como ya anunció hace muchos días el periódico La Razón, dirijido por quien fue la mano derecha del ahora presidente del gobierno español. En un artículo anterior, comenté que, en unos días se vería si la Razón tenía razón. La tenía. Ha ganado La Razón y ha perdido la justicia.

Teniendo en cuenta que el Tribunal Constitucional, en su pleno de la vergüenza en el que decidió no decidir si admitir o no pero sí decidir la cuestión presentada por el gobierno de España de forma fraudulenta como denunció hasta el Consejo de Estado ante la posibilidad de la nueva investidura del presidente Puigdemont, dijo que se requería de la presentación del programa por parte del investido de forma presencial, Jordi Sánchez no podrá ser President de la Generalitat de Catalunya. La vía para impedirlo que avanzó La Vanguardia.

De hecho, digo que ganó La Razón pero quizás sería aún más acertado señalar que ganaron las fuentes el Gobierno. Y es que resulta que hace unos días, La Sexta nos anunció que el juez Llarena no daría permiso al candidato a la Presidencia de la Generalitat de Catalunya. ¿Como puede ser eso? ¿Tiene alguna cosa que decir el juez instructor?

Lo cierto es que, a parte de abrir la necesidad de tomar una actuación política por parte de los partidos políticos de la mayoría independentista del parlamento catalán, esta decisión del juez Llarena abre el tiempo de la querella por prevaricación contra este juez. El grupo político de Junts per Catalunya ya la anunció hace unos días. Veremos, pues, si esto sucede y como toma forma.

Hoy, además, el vicepresidente del Parlament de Catalunya Josep Costa ha pedido que sea el propio Parlament quin ponga acciones legales contra el juez Llarena. Veremos si eso sucede.