Una doble oportunidad (o riesgo) para el independentismo
El 26 de mayo, los catalanes que residen en la Catalunya bajo
dominación española tendrán ante sí dos urnas: las de las
elecciones municipales y las de las elecciones europeas. Es decir,
tenderán dos oportunidades al mismo tiempo para reforzar y hacer más
fuerte el movimiento independentista. Y lo que es lo mismo, en caso
de no aprovecharlo de forma favorable, un doble riesgo para debilitar
el movimiento y hacer más fuerte el unionismo español y el régimen
del 78.
Maximizar la participación independentista
La primera decisión que todos y cada uno de los independentistas
catalanes debiera tomar es participar en estas elecciones. Algunos
independentistas refractarios a participar en este tipo de contiendas
electorales suelen argumentar que el hecho de participar no ayuda en
nada a la consecución de la libertad ya que ni que se ganaran estas
elecciones, no seríamos independientes. Y con toda probabilidad, es
cierto de que en tal caso no lo fuéramos. Por desgracia, en el
último período nos hemos acostumbrado a pensar nuestra acción
política en términos de ganar o perder el objetivo final y a
olvidar que en el camino, todos los días hay pequeñas contiendas
que hay que ganar tienen importancia porque no hacerlo te hace
retroceder respecto del objetivo final. También se aplica este
argumento a contiendas tan trascendentales como las elecciones
europeas.
Es
lo que hemos llamado
fortalecernos en otros artículos de este blog al
respecto de otras acciones de carácter estratégico de tipo no
electoral.
En otras palabras, nos referimos a que cada decisión que tomamos y
cada acción que llevamos a cabo en cualquiera de los campos posibles
que nos conduzcan a estar nosotros en una situación mejor, y
nuestros adversarios en una situación peor, es una ganancia de
impulso y un golpe para nuestros adversarios. Y todo esto, nos hace
crear músculo y ser más fuertes y estar más preparados para el día
D hora H.
En base a estos argumentos no hay otra opción que participar e ir
a ganar estas elecciones. Así pues, el primer objetivo es minimizar
el efecto de
las
campañas abstencionistas del movimiento independentista, que como ya
hemos dicho, a veces no son del todo inocentes y claras. El 26-M
no se debiera perder un solo voto independentista en las eurournas.
Hacer el president Puigdemont y el vice-presidente Junqueras eurodiputados
Un aliciente adicional para los electores independentistas es la posibilidad de convertir los dos líderes principales del movimiento independentista en líderes en el europarlamento.
El president Puigdemont es un líder conocido a nivel mundial y hacerlo eurodiputado puede contribuir a fortalecer su liderazgo.
Además, Puigdemont va acompañado en la lista de los consejeros Comín y Ponsatí, hoy exiliados en Bélgica y Escocia respectivamente.
Un autentico lujo de lista que merece un gran apoyo y que ha sido vista como el rival a batir por parte del Estado aunque fuese a base de vulneraciones de derechos.
Una decisión vista por los expertos como manifiestamente ilegal e vulneradora de derechos fundamentalos. España más turca que nunca.
Por otra,
el candidato de ERC en Europa es
el spitzenkandidat de la Alianza Libre Europea a pesar de que
no pudo participar en el debate de candidatos a presidir la Comisión Europea celebrado hace unos días en Maastricht ya que
es hoy preso político en el Reino de España.
Evitar la legitimación del bloque del 155 en
Catalunya
De hecho, no ha sido infrecuente que se remarcara, por parte
del españolismo, que la mayoría de los diputados que Cataluña
eligió para el Congreso de los diputados, eran de partidos
favorables a la aplicación (más que probablemente inconstitucional
del artículo 155 de la constitución española) para quebrar el
resultado obtenido en las urnas de las elecciones catalanas del 27-S
del 2015. Sin ninguna duda, una victoria del bloque 155 sería vista
y usada como argumento de legitimación democrática de este bloque
para tomar decisiones futuras.