El hecho de que el presidente del gobierno español Pedro Sánchez decidiera convocar elecciones para el 28 de abril ha puesto el movimiento independentista catalán ante la disyuntiva entre participar en ellas o no, y en el caso de participar, para hacer qué. Son dos preguntas relevantes y hay, por lo tanto tres opciones resultantes como mínimo. Y esto vale para partidos e organizaciones y también para los ciudadanos a título individual.
¿Participar o no?
Como decíamos, la primera decisión a tomar es participar o no. Hay argumentos para ambas opciones lógicamente. Los partidarios de no participar suelen decir que hacerlo es legitimar la dominación española de Catalunya, darle carta de naturaleza y aceptarla. Suelen añadir, además, que el hecho de participar no ayuda en nada a la consecución de la libertad ya que ni que se ganaran estas elecciones, no seríamos independientes. Y con toda probabilidad, es cierto de que en tal caso no lo fuéramos. Pero lamentablemente, no hemos acostumbrado a pensar nuestra acción política en términos de ganar o perder el objetivo final y a olvidar que en el camino, todos los días hay pequeñas contiendas que hay que ganar porque no hacerlo te hace retroceder respecto del objetivo final.
Es lo que hemos venido llamar fortalecernos en otros artículos de este blog. Es decir, tomar decisiones y llevar a cabo acciones en todos los campos posibles que nos conduzcan a estar nosotros en una situación mejor, y nuestros adversarios en una situación peor. Y eso, nos hace crear músculo para el día D hora H.
Tomando esta perspectiva, la disyuntiva desaparece. Si nuestras candidaturas no estan presentes, nosotros estamos peor y nuestros adversarios mejor. Si nosotros no acudimos en masa a las urnas, nosotros estamos peor y nuestros adversarios mejor. Porque ellos van copar todos los escaños y toda la influencia que esto representa. En todos los sentido posibles. En Madrid, y también la influencia que desde esos escaños se genera hacia la sociedad catalana.
Evitar la legitimación del bloque del 155 en Catalunya
De hecho, no ha sido infrecuente que se remarcara, por parte del españolismo, que la mayoría de los diputados que Cataluña eligió para el Congreso de los diputados, eran de partidos favorables a la aplicación (más que probablemente inconstitucional del artículo 155 de la constitución española) para quebrar el resultado obtenido en las urnas de las elecciones catalanas del 27-S del 2015. Sin ninguna duda, una victoria del bloque 155 sería vista y usada como argumento de legitimación democrática de este bloque para tomar decisiones futuras.
¿Bloquear la política española?
A nuestro parecer, no sabemos ahora, de antemano, qué estrategia tendría los mejores frutos. Si es mejor construir una alianza con PSOE y Podemos que en el futuro pueda desembocar en un diálogo real sobre el derecho a la autodeterminación o ponerla como condición de entrada para una eventual investidura. No parece, no obstante, que la estrategia de apoyar el candidato del PSOE para intentar un diálogo con las instituciones españolas haya servido en modo alguno durante el último periodo después de haber apoyado la moción de censura y algunas de las medidas del gobierno socialista. De hecho, hemos vista como ha seguido la represión y se ha seguido con la represión de Estado
hasta llegar incluso a la negación de la presunción de inocencia de los líderes independentistas.
En ese sentido,
Albano Dante-Fachín, candidato que liderará presumiblemente la lista de Front Republicà por Barcelona, ha dejado su postura bien clara: no a cualquier investidura si no se reconoce el derecho de autodeterminación. Parece lógico dejar de colaborar con un sistema institucional que pisotea un derecho básico que estás reclamando. Y mientras este no se acepte, no colaborar más en la gobernabilidad de ese sistema institucional.
En una línia parecida aunque menos clara se ha expresado la líder efectiva de la candidatura de Junts per Catalunya en Madrid, la todavía hoy consejera de Cultura de la Generalitat de Catalunya Laura Borràs. Borràs remarcó que el objetivo de su candidatura no era solucionar la gobernabilidad de España. Esperamos que se deje más claro que esta candidatura no va apoyar una investidura si no se respeta el derecho de autodeterminación.
Por otra parte, el probable número dos de la candidatura de ERC que liderará Oriol Junqueras,
Gabriel Rufián, ha rechazado ya la posibilidad de ir al Congreso a bloquear, marcando como línia prioritaria las políticas sociales.
