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martes, 27 de febrero de 2018

El papel de Urkullu en lo que concierne al conficto catalán

Las dudas del senador Iñarritu sobre el papel del Lehendakari Urkullu

Uno de los políticos más brillantes del Senado y del País Vasco, Jon Iñarritu, puso de relieve una cuestión interesante que, sin embargo, no ha suscitado ningún interés en el debate público. Se trata del papel jugado por Iñigo Urkullu, presidente del gobierno vasco.

En una entrevista en El Punt Avui, la periodista Montse Oliva le pregunta acerca del papel de Iñigo Urkullu como mediador en los días que siguieron al referéndum del 1-O. La pregunta es clara: ¿en qué equipo jugaba el Lehendakari? Cierto es que un mediador no debiera tomar partido por ninguno de los bandos en un conflicto pero la pregunta es la que es. Y no puede ser más atinada teniendo en cuenta que estamos hablando del PNV y de Urkullu. Y luego me explicaré.


La respuesta es la siguiente: "Tengo dudas". Lo que sigue a esto, más que explicitar dudas, apunta hacia lo que un observador atento del papel de Urkullu puede concluir. Pero vayamos a las dudas.

El senador por designación autonómica de la cámara de Vitoria basa sus dudas en algunas declaraciones de Urkullu que no fueron "leales" a Puigdemont. Ciertamente, el lehendakari se esforzó mucho en sacar la cabeza en el mes de octubre y también en los dos siguientes cuando el tema que lo ocupaba todo era la crisis constitucional en Cataluña.Y ya después de la aplicación inconstitucional del artículo 155 de la Constitución Española (inconstitucional porque hasta contradice la literalidad del artículo de forma más que clara), hizo declaraciones en las que criticaba abiertamente las decisiones tomadas por el presidente de la Generalitat de Catalunya. Singularmente, y singularmente que no hubiese convocado las elecciones autonómicas que estuvo a punto de convocar el día 26 de octubre.

También se refiere Iñarritu a las filtraciones del entorno de Urkullu que, según él, y con buen criterio de nuevo, no eran propias del papel de mediador. El día 26 de octubre, la televisión pública vasca dio un autentico bombazo informativo: el presidente Puigdemont iba a convocar elecciones autonómicas en Cataluña. Que fuese esa televisión quién diera la noticia no parece dejar demasiadas dudas acerca del origen de la filtración.Y lo filtró antes que el presidente Puigdemont tuviera las garantías que pedía por parte del gobierno español, forzándole a dar el paso de convocarlas. Puigdemont no se dejó marcar el paso y, al no conseguir esas garantías, compareció, finalmente, para decir que no convocaba. Pero el daño ya estaba hecho. Puigdemont quedaba ante la opinión público como alguien que no tenía claro lo que debía hacer (¿quién podía tomar en serio la declaración del 27O del parlamento catalán con el antecedente del día anterior?) en caso de que no convocara, y si convocaba, hacía lo que deseaba el gobierno español. No hay que darle muchas vueltas: se comportó como el socio leal de Rajoy que es.

De hecho, más allá de la "deslealtad" de Urkullu, quizás hay que tener en cuenta el inexplicable error de Puigdemont en tener en cuenta al primero como mediador. Porque más de parte no podría haber sido. Urkullu tiene un acuerdo de fondo con Rajoy desde que ambos estaban en la oposición. Ambos sabían que se necesitarian y aunque no de forma conspicua, tienen acuerdos de estabilidad muy profundos desde entonces. Lo acuerdan casi todo y se votan casi todo mientras en público gesticulan y teatralizan discrepancias.Y con la crisis catalanas, Urkullu, además de intentar aparecer dónde no tiene papel, le echó una mano a Rajoy.

Por otra parte, las ganas del Lehendakari de tener un papel dónde no le corresponde le han llevado incluso a hacer algún que otro ridículo como cuando quiso hacer ver que jugaba un papel desencallando la investidura catalana de la etapa post-21D. Pero eso ya es otra historia.

Lo que parece increíble a todas luces es que Puigdemont no supiera del olfato del PNV de sacar tajada con cualquier cosa. Los jeltzales tienen claro que solo se puede conseguir algo estando al lado de quién tiene poder y este no es otro que Rajoy. Y no suelen tener dudas en dejar a sus "socios" catalanes de foto y acto a la estacada si es para llegar a acuerdos con sus socios de verdad.

Por cierto, parece que a los lectores de El Punt Avui la cuestión si les pareció de interés habida cuenta de que era la segunda pieza más leída ese día, por detrás una pieza de la crónica de sucesos. La opinión pública catalanista cada vez tiene una imagen más negativa del PNV. ¿Afectará eso a los acuerdos electorales de cara a las futuras elecciones al parlamento europeo?

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